Hay personas para las que el sexo apenas tiene importancia. Si una pareja está compuesta por dos personas que tienen la misma libido, ningún problema, pero ¿qué pasa cuando nuestro deseo sexual es mucho mayor que el de nuestra pareja (o viceversa)?

El sexo nos hace felices, entiende tu deseo sexual
Tener relaciones sexuales frecuentes aumenta nuestra felicidad
Según asegura un estudio publicado en la revista Social Psychological and Personality Science, cuanto más sexo practicamos, más felicidad experimentamos y mediante tres estudios en los que se analizó una muestra más de 30.000 personas se halló una asociación entre la frecuencia en las relaciones sexuales y el bienestar hasta que se llega a una frecuencia de más de una vez por semana. A partir de ahí, vieron que tener más encuentros sexuales no hace que la pareja sea más feliz.
Parece ser que existe un «techo» de felicidad en cuanto al sexo al que se llega cuando se tiene más de una relación sexual a la semana. Menos, disminuye el bienestar, pero más no lo aumenta.
La frecuencia de las relaciones sexuales nos protege de la inestabilidad emocional
La inestabilidad emocional, es un rasgo psicológico recurrente de aquellas personas que suelen vivir en tensión, preocupadas y que se sienten culpables,etc… Quizás os recuerda un conocido o una conocida que parece que ve el vaso siempre medio vacío.
Pues bien, otro estudio demuestra que tener relaciones sexuales frecuentes ayuda a compensar la manera de ser inestable de estas personas y ayudan a hacer que las parejas puedan seguir adelante con un nivel de satisfacción más o menos estable.
¿Y si uno de los dos tiene más deseo sexual que el otro?
Cuando uno tiene más ganas que el otro, quiere seducir a la pareja porque le apetece y la pareja le dice que ahora no, que no es buen momento, que tiene sueño, que le duele la cabeza. Esto suele suceder cuando uno querría mantener relaciones varias veces a la semana, por ejemplo y a la otra persona le bastaría con una vez a la semana, o menos.
Esta diferencia, que se conoce como SDD (Sexual Desire Discrepancy), se suele dar en parejas estables. Al principio, el deseo es tal que suele haber bastante sincronía… cuesta decir no porque a los dos les apetece prácticamente siempre. Con el paso del tiempo la relación madura, cambia y el deseo sexual puede desincronizarse. Los motivos varían: Horarios de sueño, cansancio, problemas de salud o incluso problemas de pareja… Al fin y al cabo uno siente que no es correspondido y el otro que es acosado.
Llegado a este punto puede suceder que la relación acabe por romperse, por la insatisfacción y por la posibilidad de acabar encontrando fuera de la pareja lo que no se obtiene dentro. Y de esto trata tu ser más íntimo, tus pensamientos los más profundos, muchas veces no tienen consciencia de lo que te está pasando, sin embargo la hipnosis clínica te puede ayudar a reconectar con tu libido y a volver a recuperar el deseo sexual con tu pareja.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!